La exaltación de Cristo en nuestra experiencia

La exaltación de Cristo en nuestra experiencia 




~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Filipenses 2:9-11 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.



~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~

En este mensaje, tengo la carga de aplicar la exaltación de Cristo a nuestra experiencia espiritual. Dios exaltó a Cristo, pero ¿ya lo exaltó usted? Cristo fue exaltado a la cima del universo, pero ¿ha sido exaltado Él en usted también? Es precisamente aquí donde radica el problema: Cristo ha sido exaltado en todo lugar menos en usted. Es por eso que no tengo interés alguno de hablarles de la exaltación de Cristo de una manera doctrinal, sino más bien, de aplicar este hecho a nuestra experiencia. Cristo no puede ser exaltado en nosotros si primero no lo tomamos como la vida crucificada y como el modelo de nuestro diario vivir.

No olvidemos que Filipenses es un libro que habla de cómo experimentar a Cristo. Por consiguiente, aun la exaltación de Cristo, mencionada en este libro, tiene que ver con nuestra experiencia. Desde mi juventud me enseñaron que Cristo fue exaltado. Pero yo no veía que este hecho se reflejara en la vida de los creyentes. Esto no era más que una simple enseñanza bíblica. Debemos experimentar a Cristo hasta el grado en que Él sea exaltado en nuestras vidas.
 No tomemos la exaltación de Cristo como una doctrina. De la misma manera en que necesitamos experimentar al Cristo que se despojó y se humilló, también debemos experimentar al Cristo que fue exaltado. Ciertamente Dios exaltó a Cristo en el universo, pero ahora nos toca a nosotros exaltarlo en nuestro universo personal: en nuestro diario vivir, en nuestra vida familiar y en nuestra vida de iglesia.


Pablo deseaba que los santos de Filipos exaltaran a Cristo en su diario vivir. Si lo hubieran hecho, habrían completado su gozo. A él no le interesaba solamente que los filipenses tuvieran una buena actitud hacia él. Su mayor anhelo era que ellos experimentaran a Cristo como la vida crucificada y que además lo experimentaran en Su exaltación. La exaltación de Cristo debe llevarse a cabo en nuestra vida cotidiana. 


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