No tener rivalidad ni vanagloria

No tener rivalidad ni vanagloria

~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Filipenses 2:3 Nada hagáis por ambición egoísta o por vanagloria; antes bien con una mentalidad humilde, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo; 4 No considerando cada uno sus propias virtudes, sino cada cual también las virtudes de los otros.
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~~~~~ Palabras de Hoy ~~~~~
Esto puede indicar que los filipenses que estaban en disensión actuaban por ambición egoísta o por vanagloria; ambas son causa de disensiones entre los creyentes. Es posible que tales intenciones estén ocultas en nosotros. Incluso al testificar en las reuniones de la iglesia, puede ser que lo hagamos por ambición egoísta. Tal vez, no muchos santos respondan “amén” a lo que usted comparte, mientras que respondan con muchos “amenes” cuando escuchan a otro hermano. Esto quizás lo desilusione y decida no volver a compartir en las reuniones. Así que, la ambición puede estar presente incluso al dar un testimonio. Aun al compartir nuestras experiencias de Cristo, podemos tener un sentimiento de ambición oculto.
La ambición egoísta y la vanagloria por lo general van juntas. Donde haya ambición, por lo general también habrá vanagloria. ¿Por qué nos sentimos mal cuando los hermanos no nos apoyan con su amén? Debido a la vanagloria ¿Por qué algunos hermanos no se sienten contentos cuando en lugar de ellos, se nombra a otro hermano como anciano? Esto se debe nuevamente a la vanagloria.
En 4:2, Pablo declara: “Exhorto a Evodia y exhorto también a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor”. Sin duda había una ambición egoísta en estas dos hermanas, y es posible que entre ellas compitieran acerca de quién sería la primera. Por consiguiente, actuaban por ambición egoísta y por vanagloria. No es fácil deshacernos de la ambición egoísta ni de la vanagloria, pues por naturaleza todos tendemos a competir con los demás. En algunos países incentivan mucho a los niños a competir. La competencia se encuentra presente en todos los lugares de la sociedad. Sin embargo, en la vida de iglesia no debemos competir, sino que debemos estimar a los demás como superiores a nosotros mismos.

compartir con los santos la palabra es practicar el amor, dale de comer al hambriento y sediento de la palabra del Señor que es el verdadero Pan de vida: comparte------>




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