Más que disfrutar Su presencia: vivir a Cristo
Más que disfrutar Su presencia: vivir a Cristo
En el versículo 21, Pablo declara: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. No obstante, no se refiere al Cristo que experimentamos cuando lo vivimos, sino a la presencia de Cristo en el sentido práctico. Cuando Pablo declara: “El morir es ganancia”, quiere decir que, para él, morir equivalía simplemente a disfrutar la presencia de Cristo en un grado mayor. En el versículo 23, añade que su deseo era partir y estar con Cristo. Estar con Cristo es un asunto de grado, y no de lugar. Aunque Pablo continuamente estaba con Cristo, deseaba partir y estar con Él en un grado mayor. Su muerte física significaba que estaría con Cristo en un grado aún mayor que el que disfrutaba en su vida terrenal.
En la cárcel, Pablo disfrutaba a Cristo y lo experimentaba de dos maneras. Por una parte, disfrutaba de Su presencia, y por otra, lo vivía. Estas dos experiencias son muy distintas. Por ejemplo, yo puedo disfrutar la presencia de mi esposa, pero me es imposible vivirla. Esto demuestra que se puede disfrutar de la presencia de una persona sin vivir a tal persona. Pero Pablo no sólo disfrutaba la presencia del Señor sino que además lo vivía. Él estaba consciente de que, si moría, ya no tendría la oportunidad de vivir a Cristo, aunque por otra parte disfrutaría Su presencia más intensamente. Por lo tanto, para Pablo, el morir era ganancia. Lo que Pablo valoraba no era sólo la presencia de Cristo sino también la oportunidad de vivirle.
A lo largo de los siglos, se ha animado a los cristianos a que tengan la práctica de vivir continuamente en la presencia del Señor. Pero muy rara vez o tal vez nunca se les ha exhortado a que lo vivan a Él. Muchos creyentes conocen el libro titulado The Practice of the Lord’s Presence [La práctica de vivir continuamente en la presencia del Señor] y fueron animados a permanecer en la presencia del Señor. Sin embargo, este concepto proviene principalmente del Antiguo Testamento. Sin duda, el Nuevo Testamento también enseña que podemos disfrutar la presencia del Señor, pero además dice que debemos vivirlo. No sólo tenemos la presencia del Señor, sino también Su persona. No sólo debemos estar en Su presencia, sino también llegar a ser una sola persona con Él y vivirlo. Vivir a Cristo es una experiencia mucho más profunda que el simple hecho de estar en Su presencia. Vivirlo a Él excede grandemente al deleite que nos trae Su presencia. En 1 de Corintios 6:17 dice: “Pero el que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. Somos un solo espíritu con el Señor, no solamente con el propósito de disfrutar Su presencia, sino principalmente con el fin de vivirlo a Él.
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Filipenses 1:21-23 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en una labor fructífera, no sé entonces qué escogeré. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, pues esto es muchísimo mejor.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
En el versículo 21, Pablo declara: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. No obstante, no se refiere al Cristo que experimentamos cuando lo vivimos, sino a la presencia de Cristo en el sentido práctico. Cuando Pablo declara: “El morir es ganancia”, quiere decir que, para él, morir equivalía simplemente a disfrutar la presencia de Cristo en un grado mayor. En el versículo 23, añade que su deseo era partir y estar con Cristo. Estar con Cristo es un asunto de grado, y no de lugar. Aunque Pablo continuamente estaba con Cristo, deseaba partir y estar con Él en un grado mayor. Su muerte física significaba que estaría con Cristo en un grado aún mayor que el que disfrutaba en su vida terrenal.
En la cárcel, Pablo disfrutaba a Cristo y lo experimentaba de dos maneras. Por una parte, disfrutaba de Su presencia, y por otra, lo vivía. Estas dos experiencias son muy distintas. Por ejemplo, yo puedo disfrutar la presencia de mi esposa, pero me es imposible vivirla. Esto demuestra que se puede disfrutar de la presencia de una persona sin vivir a tal persona. Pero Pablo no sólo disfrutaba la presencia del Señor sino que además lo vivía. Él estaba consciente de que, si moría, ya no tendría la oportunidad de vivir a Cristo, aunque por otra parte disfrutaría Su presencia más intensamente. Por lo tanto, para Pablo, el morir era ganancia. Lo que Pablo valoraba no era sólo la presencia de Cristo sino también la oportunidad de vivirle.
A lo largo de los siglos, se ha animado a los cristianos a que tengan la práctica de vivir continuamente en la presencia del Señor. Pero muy rara vez o tal vez nunca se les ha exhortado a que lo vivan a Él. Muchos creyentes conocen el libro titulado The Practice of the Lord’s Presence [La práctica de vivir continuamente en la presencia del Señor] y fueron animados a permanecer en la presencia del Señor. Sin embargo, este concepto proviene principalmente del Antiguo Testamento. Sin duda, el Nuevo Testamento también enseña que podemos disfrutar la presencia del Señor, pero además dice que debemos vivirlo. No sólo tenemos la presencia del Señor, sino también Su persona. No sólo debemos estar en Su presencia, sino también llegar a ser una sola persona con Él y vivirlo. Vivir a Cristo es una experiencia mucho más profunda que el simple hecho de estar en Su presencia. Vivirlo a Él excede grandemente al deleite que nos trae Su presencia. En 1 de Corintios 6:17 dice: “Pero el que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. Somos un solo espíritu con el Señor, no solamente con el propósito de disfrutar Su presencia, sino principalmente con el fin de vivirlo a Él.
Comentarios
Publicar un comentario