Ellos se gloriaban de un miembro que suministra

Ellos se gloriaban de un miembro que suministra
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Filipenses 1:24-26 Pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiando en esto, sé que quedaré, y aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro progreso y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús con mi venida otra vez a vosotros.


~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
¿A quién se refiere la palabra “gloria”? Esta palabra en griego tiene un significado triple: jactancia, gloria y regocijo. Cuando nos jactamos, nos gloriamos, y cuando nos gloriamos, nos regocijamos. Pablo dijo: “Abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús”. Este versículo es muy difícil de entender; sin embargo, encierra un gran secreto relacionado con nuestra experiencia de Cristo. Si hemos de experimentar a Cristo, debemos ser capaces de jactarnos, regocijarnos y gloriarnos, no sólo en Cristo, sino también de alguien que está en Cristo. Esto tiene que ver con el hecho fundamental de que, todo lo que hemos recibido de Cristo, no lo recibimos de Él directamente; lo recibimos de la Cabeza, por medio de otros miembros del Cuerpo. De hecho toda bendición espiritual, la recibimos de la Cabeza y por medio de algún miembro. Sin lugar a dudas, Pablo era un miembro muy necesario en el Cuerpo. Sin él, el Cuerpo habría perdido un canal muy importante de bendición espiritual.

Nuestro cuerpo físico ejemplifica la forma en que los miembros abastecen a todo el Cuerpo. Por ejemplo, nuestro brazo le brinda el suministro a los dedos. Sin el brazo, los dedos no podrían recibir ningún suministro de la cabeza. Pablo, un miembro importante del Cuerpo de Cristo, era un medio de suministro entre la Cabeza y nosotros. Sin él, careceríamos de un importante canal de suministro.
Cuando Pablo estaba en la cárcel, los creyentes gentiles, como los de Filipos, se jactaban, se regocijaban y se gloriaban de él. Esto se debía a que Pablo magnificaba a Cristo y lo vivía al máximo. De esta forma, él podía infundir a Cristo en los santos y ministrarlo a todas las iglesias. Por tanto, los santos tenían razones para gloriarse del apóstol. Si Pablo hubiera muerto antes de tiempo, la gloria que ellos tenían de él habría sido interrumpida. Pero mientras que él viviera, ellos podían gloriarse de él, en Cristo. Debería pasar lo mismo con cada uno de nosotros. El hecho de que vivamos o muramos debe afectarle a la iglesia. Pero para que esto sea así, debemos vivir a Cristo, magnificarlo, ministrarlo y trasmitirlo desde lo profundo de nuestro ser a todos los santos. Si experimentamos a Cristo y lo disfrutamos de esta manera, nuestra presencia entre los santos o nuestra partida afectará grandemente a la iglesia.

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