Las Denominaciones 3 parte

gracia y paz mis hermanos, hoy vengo con la tercera parte de este tema importante para compartir:


Algo con lo que uno puede asociarse o desasociarse es por definición ¡una denominación! Por lo tanto, una denominación tiene:
(1) un nombre que no incluye a todos los hijos de Dios,
(2) una verdad especial como su centro,
(3) asociaciones que no incluyen a todos los hijos de Dios.
Si un grupo tiene cualquiera de estas tres cosas, es una denominación.
 Por ejemplo La iglesia Bautista tiene estos tres asuntos, así que la iglesia Bautista es una denominación con toda seguridad.
Pregunta: ¿qué debemos hacer después de dejar las sectas?

Respuesta: la Biblia dice que después que hayamos visto estas cosas, debemos "seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor" (2 Ti. 2:20-22). El Señor puede y quiere darnos a éstos que le siguen en verdad. Antes que el Señor nos los dé, por una parte, debemos pedírselos al Señor, y por otro lado, debemos esperar. En realidad, ir a las sectas para escuchar sermones no es tan provechoso. Si usted tiene tiempo, sería mejor salir a predicar el evangelio y traer pecadores al Señor, Cuando usted tiene pecadores que han venido al Señor, ustedes pueden tener la reunión de la mesa juntos. Usted no tiene que esperar que haya muchos. Mientras haya "Dos o tres en mi Nombre", es suficiente (Mat. 18:20). Después de dejar las sectas, debemos tratar a los hermanos y hermanas entre ellos con mansedumbre y amor. Dejamos las sectas pecadoras, no a nuestros hermanos en el Señor, los hijos de Dios. Dejamos las sectas, para vivir la iglesia. No podemos dejar la iglesia, ni al Señor. No podemos estar con ellos en las sectas pecadoras. Nos separamos de ellos por-que están en las sectas pecadoras, y el pecado de las sectas los separa de nosotros. Por lo tanto, debemos tener una actitud cariñosa y mansa hacia cualquier hermano o hermana que esta en las sectas. ¡Nuestros pies deben estar firmes sobre la verdad! ¡Nuestros corazones de-ben estar sólidos y humildes en el Señor! Nuestra actitud interior de-be ser sumisa. ¡Nuestras palabras deben ser sazonadas con la sal siempre (Col. 4:6)! Dios puede darnos "la sabiduría que es de lo alto que es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. "(Santiago. 3:17).

Pregunta: ¿el lugar de reunión debe tener un nombre?
Respuesta: no, no debe. Por favor lea la respuesta precedente para la pregunta con respecto a sectas, especialmente la parte sobre tener nombres. La construcción que usamos para las reuniones no necesita un nombre para diferenciarse, porque la iglesia de Dios son los hijos de Dios, no la casa o el edificio que usan para reunirse. El edificio que es usado para las reuniones no es el templo de Dios. Nosotros somos el templo de Dios. Dios no vive en el edificio donde nos reunimos. Vi-ve en nosotros (1 Co. 3:16-17; 2 Co. 6:16; Ef. 2: 21-22; 1 Pe. 2:5).
¡Hermanos, queridos! No hablamos de estos temas porque nos gusta ser exigentes con otros, y ver los errores de otros, o ser polémicos sobre palabras. Además, no dejamos las sectas porque somos orgullosos y arrogantes en nuestra identidad natural, o porque queremos ser jefes o porque no queremos ser restringidos por otros; o porque somos naturalmente tercos y nos gusta ser personas individuales fuera de la multitud. La razón por la cual hablamos del error de las sectas y las dejamos, es porque las sectas son condenadas por Dios; son fruto de la carne, y son cosas del viejo hombre. Dejamos las
sectas porque la carne y el viejo hombre ya han sido crucificados por Cristo (Gal. 5: 24; Ro. 6: 6), porque Dios quiere que nosotros nos despojemos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos (Ef. 4:22), y porque queremos complacer a Dios. Si dejamos las sectas porque hemos discutido con alguien, o si solamente dejamos las sectas y no tratamos con la carne o nos despojamos del viejo hombre ¡es inútil antes del Dios! dejamos las sectas porque queremos vestirnos del nuevo hombre, morir a la carne, y despojarnos del viejo hombre, para ganar las riquezas de la vida espiritual y manifestar el cuerpo de Cristo, ¡esto es muy preciado ante Dios! ¡Dios nos bendiga a todos nosotros! ¡Los bendigo con la paz de Cristo!


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