El fruto de justicia por medio de Jesucristo
El fruto de justicia por medio de Jesucristo
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Filipenses 1:9-11
Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en pleno conocimiento y en todo discernimiento, para que pongáis a prueba y aprobéis las cosas que difieren por su excelencia, a fin de que seáis puros y sin tacha para el día de Cristo, llenos del fruto de justicia, que es por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
~ Palabras del ministerio ~
En los versículos 9 y 10, Pablo ofreció tres oraciones por los filipenses, a saber, que el amor de ellos abundara en pleno conocimiento y todo discernimiento; que pusieran a prueba y aprobaran las cosas que se destacan por su excelencia; y que fueran puros y sin tacha para el día de Cristo. En el versículo 11, se revela el secreto para obtener estas tres cosas, donde Pablo habla de ser “llenos del fruto de justicia, que es por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios”. Según la gramática, el versículo 11 modifica las tres cosas por las que Pablo oró. Una vez que fueran llenos del fruto de justicia, los filipenses podrían abundar en amor, discernir todas las cosas poniéndolas a prueba, y ser puros y sin tacha. De esta manera vemos que a fin de obtener estas tres cualidades, es necesario que seamos llenos del fruto de justicia por medio de Jesucristo.
En realidad, el versículo 11 tiene que ver con nuestra experiencia de Cristo. Una vez más, vemos que experimentar a Cristo es la clave. La expresión “por medio de Jesucristo” nos permite afirmar que el versículo 11 se refiere a nuestra experiencia de Cristo. De ahí, el hecho de que el fruto de justicia se obtenga por medio de Jesucristo, da a entender que lo obtenemos al experimentar a Cristo. El Cristo a quien disfrutamos y experimentamos produce en nosotros tal fruto de justicia. Esto significa que, cuanto más experimentamos a Cristo, más se produce en nosotros este fruto de justicia, que es el producto viviente de una vida apropiada y justa delante de Dios y de los hombres. Tal vida no puede obtenerse mediante el hombre natural de los creyentes para que ellos se gloríen en sí mismos, sino sólo por medio de Jesucristo, para la gloria y la alabanza de Dios. Por consiguiente, nuestro amor debe abundar de un modo acorde con la economía de Dios. Si experimentamos a Cristo, ciertamente nuestro amor abundará, tendremos la capacidad de discernir todas las cosas poniéndolas a prueba y aprobándolas, y como resultado, seremos puros y sin tacha.
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